El auge de las medicinas ancestrales fuera de los territorios indígenas, y realizadas por personas que no pertenecen a una comunidad indígena, ni cuentan con la formación pertinente, es un fenómeno que ha cobrado fuerza en las últimas décadas. Este hecho se puede caracterizar como una apropiación cultural que ha llegado al ámbito internacional y que ha traído como consecuencia que personas ajenas al devenir cultural de las comunidades y de los territorios ancestrales, perciban ganancias en nombre de la venta de prácticas espiritualidades exóticas. Sin embargo, esta situación no es nueva; en la década de los años 1960 el movimiento hippie tuvo grandes acercamientos a medicinas ancestrales de México y de las culturas nativas de Estados Unidos, esto condujo a la comercialización de plantas como el peyote, la datura o de hongos como los niños santos. La moda propició la exposición de sabedores indígenas de la época, algunos de los cuales perdieron sus facultades después de haber accedido a desvelar el uso de las plantas sagradas. En la actualidad el apogeo de ceremonias basadas en el uso de plantas amazónicas, asociado al afán salvacionista de movimientos ecologistas, el aumento de enfermedades psiquiátricas y la conjunción con religiones que proliferan en ciertos entornos, ha permitido que se rompa la comprensión armónica del mundo indígena, amenazado ya por los procesos coloniales existentes, la expropiación de territorios, el desplazamiento forzado y los cambios de la sociedad moderna. Este rompimiento y el acercamiento global han posibilitado la apropiación de plantas como el yagé, el yopo, la deforestación exacerbada de selva para su cultivo, el arrinconamiento de especies sagradas como el jaguar, la anaconda, entre otros y las desarmonías al interior de las comunidades a través del turismo espiritual. En este contexto, hacer una reflexión sobre la manera como se llevan a cabo las prácticas de sanación por personas que no pertenecen a una comunidad indígena y que no han recibido la debidapreparación, amerita una mirada crítica que conduzca a propiciar una alternativa de solución a la ya acrecentada crisis social que viven las comunidades indígenas en Colombia y en otros países de Latinoamérica.

ES